Calle 13 arribó a la Quinta Vergara bajo sus coordenadas: letras filosas, ironías que quiebran el libreto y un menú de sonidos que fue del hip hop a la cumbia villera. A las 2.17 horas, el dúo puertorriqueño inició su segunda participación en el Festival de Viña del Mar con una larga introducción que luego remató en El baile de los pobres.
“Residente”, el líder, rostro y cerebro del conjunto, llegó a torso desnudo y con la leyenda “Fuerza mapuche” en la espalda. Fue sólo una pequeña señal de lo que venía: el artista disparó contra los programas de farándula precisamente en el canal que les da más tribuna (“toda esa farandulería de mierda”, dijo); luego advirtió que quería seguir rápido y lanzó una crítica indirecta a Mauricio Flores (“estuvo bueno lo de la comedia, pero no me gustan los chistes de homosexuales”); y, tras recibir antorcha de plata, le pedía a Rafael Araneda y Eva Gómez no salir tanto al escenario, para no interrumpir la comunión con una Quinta a media llenar, pero entregada de manera absoluta.
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